En filosofía una de las acepciones indica la sucesión, o serie de hechos. La primera personificación mitológica del Destino, se encarna en Júpiter, Zeus u otra entidad superior. Homero la llama Moira; los latinos y griegos la llaman Hado. Su origen es trascendente, está por encima del mundo humano y del de los dioses. Cuando el Destino entrega a los hombres a la desgracia y las generaciones al crímen o a la ruina, nada en la naturaleza podrá dar razón a la fatalidad, que los envuelve. Otro forma de simbolizar al Destino era por medio de una matrona, que llevaba el cuerno de la abundancia, o un timón en sus manos. El Destino no se corrige, va inflexible e incontrastable por su camino; porque es ciego en sus decretos y en su ejecución.
Teoria De Sigmud Freud:
Ello: es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda del sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones. El Ello, sin embargo, no es sinónimo de inconsciente.
Yo: tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el Yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Superyó: es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
Pathos: es el uso de los sentimientos humanos para afectar el juicio de un jurado. Un uso típico sería intentar transmitir a la audiencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto de un juicio para intentar con eso influir en su sentencia. En este sentido se puede decir que crear en la audiencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto juzgado, al margen del hecho que se está juzgando es, en el sentido etimológico de la palabra, crear un argumento patético.
- Se puede utilizar este término para referirnos al sufrimiento humano normal de una persona; el sufrimiento existencial, propio del ser persona en el mundo y contrario al sufrimiento patológico o mórbido. Significa también pasión, desenfreno pasional no patológico pero inducido.
- En la crítica artística la palabra pathos se utiliza para referirse a la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra similar en quien la contempla.
Ello: es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda del sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones. El Ello, sin embargo, no es sinónimo de inconsciente.
Yo: tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el Yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Superyó: es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
El Superyó en la enseñanza clásica freudiana es una instancia que no está presente desde el principio de la vida del sujeto, sino que surge a consecuencia de la internalización de la figura del padre como un resultado de la resolución del complejo de Edipo.
El Consciente: es el resultado de estimulaciones externas, de experiencias internas reanimadas, o la combinación de ambas. También nos da el momento presente de conciencia y la conciencia de identidad.El Preconsciente: contiene los recuerdos latentes que pasan a la conciencia en forma espontanea, deliberadamente cuando nosotros nos obligamos a recordar o mediante la asociación con estímulos actuales. Almacena todas las experiencias que nosotros por voluntad propia queremos olvidar en lo que llamamos proceso de supresión. Se encuentra entre el consciente y el inconsciente.
Desde sus orígenes la dramática aparece vinculada a la tradición oral y a la escritura. Como tradición oral se originan en los cantos de los héroes de las grandes batallas épicas; el otro origen esta en los cantos religiosos en honor a Dioniso dios del vino. el concepto de tragedia parte del atuendo de los cantores vestidos con pieles de cabra y con rostros pintados con el color del vino; el sentido religiosos de estos cantos vincula la tragedia con los grandes personajes, mitos, las grandes lecciones morales, la rutina y la necesidad. Su estructura de basa en el coro o grupo de personas encargadas de guiar al espectador, este género literario nació para ser presentado por medio de acciones, realizadas por un grupo de actores. Una de las tragedias más importantes del mundo griego fue Edipo Rey de Sófocles, su argumento se desarrollo en torno a desafiar el terrible enigma que involucra a Edipo, a su madre y a su padre.
La tragedia adquiere un tono funesto que la caracteriza con un sentido universal donde el destino arrastra a los hombres y los dioses castigan al pecador.
En la tragedia encontramos unos términos como son: catarsis, mimesis, ethos, arete, moira, pathos, teoría Sigmund Freud (ello, yo, súper yo, consciente, subconsciente, inconsciente, tanatos, eros), apolineo, dionisaco hybris.
Catarsis: (del griego κάθαρσις kátharsis, purificación) es una palabra descrita en la definición de tragedia en la Poética de Aristóteles como purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Mediante la experiencia de la compasión y el miedo (eleos y phobos), los espectadores de la tragedia experimentarían la purificación del alma de esas pasiones.
Según Aristóteles, la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones, al verlas proyectadas en los personajes de la obra, y al permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas; pero sin experimentar dicho castigo él mismo. Al involucrarse en la trama, la audiencia puede experimentar dichas pasiones junto con los personajes, pero sin temor a sufrir sus verdaderos efectos. De modo que, después de presenciar la obra teatral, se entenderá mejor a sí mismo, y no repetirá la cadena de decisiones que llevaron a los personajes a su fatídico final.
Mimesis: a partir de Aristóteles, se denomina a la imitación de la naturaleza como fin esencial del arte. Es un vocablo latino (mimēsis) que deriva del griego (μίμησις,mímesis) y se traduce como "imitación".
Es distinto de "representación" cuya principal diferencia radica en la naturaleza de su mecánica, donde la mímesis se revela a que se la compare con el referente, convirtiéndose en algo equivalente al original. Sin embargo, el ejercicio mimético obliga el uso de rasgos representativos. Si bien, la mímesis es un sinónimo adecuado para analogía, en general se habla de mímesis cuando existe un parecido más exacto con su original.
En las poéticas clásicas,imitación en el arte de la naturaleza,entendida como objeto de la obra artística: el decoro de los personajes es consecuencia directa de la mímesis.
Ethos: carácter común de comportamiento o forma de vida que adopta un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad. 1 Parte de la filosofía que estudia el bien y el mal relacionado con el comportamiento humano y con la moral. 2 Conjunto de normas y costumbres que regulan las relaciones humanas de un colectivo.
Ethos es una palabra griega (ἦθος; plurales: ethe, ethea) que puede ser traducida de diferentes maneras. Algunas posibilidades son 'punto de partida', 'aparecer', 'inclinación' y a partir de ahí, 'personalidad'.Para ubicarnos más en el contexto de la palabra ethos, cabe decir que tiene la misma raíz griega que la palabra ethikos (ἠθικός), que significa 'teoría de la vida', y de la que derivó la palabra española ética.
Arete: es uno de los conceptos cruciales de la Antigua Grecia; sin embargo, resulta difícil precisar con exactitud su extraño y ambiguo significado. En su forma más general, para algunos sofistas la areté es la «excelencia» o prominencia en el cultivo de la elocuencia; la raíz etimológica del término es la misma que la de αριστος (aristós, 'mejor'), que designa el cumplimiento acabado del propósito o función. Es un concepto vago que implica un conjunto de cualidades cívicas, morales e intelectuales.
Según Hipias el fin de la enseñanza era lograr la «areté», que significa capacitación para pensar, para hablar y para obrar con éxito. La excelencia política («ciudadana») de los griegos consistía en el cultivo de tres virtudes específicas: andreia (Valentía), sofrosine (Moderación o equilibrio) y dicaiosine (Justicia): estas virtudes formaban un ciudadano relevante, útil y perfecto.
Moira: Se define al Destino, como el encadenamiento de los sucesos, considerado como necesario y fatal. Circunstancias de seres favorables o adversas, de esta supuesta manera de ocurrir los sucesos a personas o cosas.
También es un concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico intermedio entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto de los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con este término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano que debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente.
Inconsciente: para Freud es lo desconocido, lo comúnmente inaccesible, se encuentra constituido por motivos psicobiológicos básicos que se oponen a motivos conscientes, y producen los principales conflictos en la vida. Aquí se acumulan todas las experiencias vividas y olvidadas a lo largo de nuestra vida y podemos encontrar la justificación de los pensamientos, sentimientos, emociones, deseos y placeres para los que no encontramos una explicación consciente.
Eros: (por el dios del amor griego), es el impulso de amar, el deseo por el otro, y la necesidad de prolongar la existencia mediante la progenie.
Thanatos: (la muerte) es ese impulso que nos lleva inevitablemente a la muerte y qu hace que el dolor y el sufrimiento sean el martiro de todo ser humano.
Apolineo y Dionisiaco: en la mitología griega, Apolo y Dioniso eran hijos de Zeus. Apolo es el dios del Sol, la claridad, la música y la poesía, mientras Dionisio es el dios del vino, el éxtasis y la intoxicación. En el uso moderno del concepto literario, el contraste entre Apolo y Dionisio simboliza los principios de la integridad contra el individualismo, la luz contra la oscuridad o la civilización contra la naturaleza. Los antiguos griegos no consideraban a estos dos dioses como opuestos o rivales.
Hybris: es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada, especialmente cuando se ostenta poder. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado, y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo). Como reza el famoso proverbio antiguo, erróneamente atribuido a Eurípides: «Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.
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